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El río Guadalope

Este río con el que nos sentimos tan identificados fue el que en su día regó la huerta de Santolea y le dio riqueza, el mismo que años más tarde se encargaría de hacer desaparecer el pueblo.

Posiblemente tuvo que ver bastante con el origen de éste pueblo. Hemos de pensar que los sedimentos que él transportó y acumuló durante millones de años, en lo que entonces sería una cubeta cerrada por el estrecho de Castellote y que al trazar su cauce al romper la barrera que lo retenía, dejaría una zona pantanosa que con los años se convirtió en zona de cultivo, con unas tierras de excelente calidad, en las que mediante acequias para el riego, se cultivaron todas las clases de árboles frutales, hortalizas y los productos más variados.

La construcción del pantano de Santolea, hizo desaparecer todo aquello que en su día lo hizo rico. El agua del río Guadalope, con su caudal permanente, hizo que se transformara en lo que vemos actualmente.

El día 11 de Julio de 2007, siguiendo con nuestros deseos de visitar una vez más nuestro pueblo, Santolea, nos vamos ha hacer un pequeño recorrido por éste río, al mismo tiempo que veremos alguna imagen del pantano, donde actualmente se recogen sus aguas.

Esta carretera que fue necesario construir, al inutilizar la anterior las aguas del pantano, recorre un paisaje muy agreste, aunque circulando con precaución, las vistas que nos ofrece tienen su encanto.

Hoy después de nuestra parada obligatoria en Santolea, queremos hacer un recorrido por un pequeño tramo del Guadalope; el que está comprendido entre La Aljecira y el Puente Natural.

Por este río llegaron en la prehistoria los primeros pobladores que nos dejaron su muestra de Arte Rupestre en muchos de los rincones de éste recorrido: Barranco Hondo, Barranco Gómez, El Pudial, o El Arenal.

Nos dirigimos hasta La Aljecira, a partir de éste punto haremos el recorrido a pie, saboreando cada rincón que se presente a nuestra vista.

Antiguo abrevadero de las caballerías, junto al lavadero.

Este es uno de los accesos al barrio de La Aljecira, en el que estaba el lavadero para el servicio de la comunidad, y junto a él las pilas donde bebían las caballerías, en su salida o regreso a casa, puesto que era el camino que conducía a las huertas u otros campos de cultivo.

En nuestro caso, nos conecta con el camino que paralelo al río, nos llevará a nuestro destino

Canal para la alimentación de la Central del Cantalar

Este canal tiene su azud en el río muy próximo a este punto, y como vemos, por el canto de éste canal se utiliza como camino, para acortar en parte el recorrido que estamos haciendo.

Durante nuestro recorrido podemos observar distintas plantas silvestres, que como en el caso de la fotografía, viven en los lugares más insólitos. Recorreremos choperas frondosas en medio de un silencio y una tranquilidad impresionante.

Para salvar las dificultades del terreno, nuestros antepasados construyeron calzadas de piedra, que les permitía transitar por los caminos con sus caballerías y transportar sus productos. En ocasiones había que acondicionar el suelo con cantos rodados (empedrado) para poder compensar las irregularidades del terreno.

Nos encontramos con una vista que llama la atención, la Masía del Latonar, próxima a la Cueva de Cambriles y separa del río por un importante corte de piedra, que cuando lleguemos a sus inmediaciones, veremos como una de sus fuentes, vierten sus aguas al río formando una bonita catarata.

Esta es la catarata a que hacíamos referencia anteriormente y que se utilizaba para regar algunos bancales próximos, así como las choperas más cercanas.

Antes hacíamos referencia a aquellos caminos empedrados que los abuelos con tanto sacrificio fueron acondicionando, y que la fotografía nos permite ver con detalle lo incómodos que resultaría transitar por ellos.

En nuestro recorrido por el río, nos encontramos con la central eléctrica de la 

Fonseca, la primera en construirse en esta zona y que en muchas ocasiones está fuera de servicio al fallarle la presa que almacena el agua necesaria para su funcionamiento.

Esta fabrica de tejidos fue trasladada a Santolea el año 1918. Junto a los restos de la misma hay un pequeño panel informativo en el que se puede leer, que había una campana con la que se anunciaba el principio y final de cada jornada, y que al desaparecer la fábrica, la campana la llevaron a la ermita de la Virgen del Pilar de Luco de Bordón.

Una serie de edificios en ruinas, aparecen por los alrededores, sin que en muchos casos se pueda saber a que actividad se dedicaban.

Esta es la entrada del río para desaparecer durante un corto trecho, que es lo que conocemos como Puente Natural. Fue el primer paso para atravesar el río en épocas de mucho caudal y que se utilizaba para poder ir a trabajar a las tierras de la otra parte, haciendo en muchas ocasiones grandes rodeos.

A la salida del Puente Natural, fue necesario construir esta pared que permitiera ganar espacio para habilitar un camino de herradura, y poder llegar a sus fincas de cultivo en toda la zona de la parte derecha del río, al mismo tiempo enlazar con algún otro camino.

El yacimiento arqueológico de la Cueva del Angel, fue descubierto en la campaña 1986-87. Está situado en la zona denominada del Arenal y el nombre de Cueva del Angel, se le puso como atención al acompañante y guía, natural de la zona e hijo de Santiago y Carmen, que acompañaba a los arqueólogos, puesto que éste es su nombre, Angel.