El río Guadalope

 

Este río es el que trajo a Santolea su riqueza y años más tarde su ruina, al construir el Pantano para mejor aprovechamientos de sus aguas. En su momento fue la primera vía de comunicación y por él se transportaron los maderos que procedentes de Villarluego, se emplearon en la construcción de algunas de las iglesias de Alcañiz.

 

Hoy haremos un recorrido por el mismo, recordando momentos y situaciones distintas, incluyéndolo en “Rincones a recordar”, puesto que es esto lo que hoy podemos hacer, recordar y comentar algunos puntos concretos, que tuvieron un valor incalculable, tanto como zona de descanso como de paisaje, comparando lo que fue y lo que es actualmente.

 

Iniciamos el recorrido en la primera hoz en sentido descendente y a poco camino encontramos el Puente Natural. Único paso durante muchos años para unir las dos orillas.

Primera hoz
Puente Natural
Azud

Otro punto muy importante para nosotros es donde se construyó el azud de la acequia Mayor y que como su nombre indica, era la de mayor caudal, convirtiendo en regadío todas las tierras que encontraba a su paso, primero en término de Ladruñán y a continuación las de Santolea y servía de abastecimiento de agua para el pueblo, a parte que con el almacenamiento de la misma, en la Balsa del Molino, movía toda la maquinaria de Molino harinero, Generador eléctrico, Molino de aceite y Fábrica de mantas. Fue reformado y mejorado este azud por Domingo Perdiguer Clemente, quien estaba tan seguro de la obra que había hecho, que le dio una garantía de por vida.

Molino y central del Cantalar

El primer servicio que prestaba esta acequia, era mover el molino harinero del Cantalar, donde mi abuela Teresa estuvo 26 años de molinera con sus padres, también regaba las huertas anexas al mismo, todo dentro del término de Ladruñán. Seguramente este molino es el mismo que en 1832 se arrienda y que trascribo a continuación:

 

17-VI-1832 en Santolea. Copia. ”Escritura de alquiler de molino por 6 años, en Santolea, sito en Ladruñan en la partida de la Viñuela y de la conservación de acequia y azud en la partida de Cantalear de Ladruñan, otorgada por Pedro Aguilar Aguilar, Mariano Gargallo, Francisco Ballestero, Pedro Aguilar Buñuel, Ramón Gascón, Miguel Guillén, Juan Gil y Guillén, y Miguel Ejarque, labradores, vecinos de Santolea, que componen la junta del molino, acequia y azud, a favor de Antonio Font, vecino de Santolea.” Testigos: Ramon Burriel, practicante de escribano, que firma por los otorgantes que dijeron no saber firmar (todos excepto: Pedro Aguilar Aguilar, Ramón Gascón, Pedro Gargallo) y por Juan Ballestero Guillén a fianza, y el otro testigo Miguel Portolés, por quien también firma Ramón Burriel, por no saber, ambos de Santolea. Signo de: Joaquín Combas, de Santolea. Observaciones: Arrendado por 131 pesos de a 18 reales jaqueses, pagaderos cada año.

 

Más tarde se construyó junto a este molino una central eléctrica, pero esta última alimentada por un canal hecho expresamente a este fin.

Central del Cantalar
El agua del canal al precipitarse el río, hacia las delicias de los visitantes

Como podemos comprobar por las fotografías que acompañamos, esta zona del río hasta la estación de aforo, aguas abajo, reunía todas las condiciones para pasar un día de campo inolvidable, donde nos hemos juntado en numerosas ocasiones con familiares y amigos, al mismo tiempo que recordábamos tiempos pasados y a los dueños de aquellas pequeñas propiedades, que con tanto esmero cuidaron. Hoy estas imágenes sólo estan en nuestro recuerdo, el Pantano se encargo de borrar todo rastro de vida, las verdes choperas pasaron a la historia.

Las choperas brindaban una protección acogedora
Uno de estos campos, todavía en cultivo
Otra vista
Junto a la estación de aforo
Otra de sus vistas

Aguas abajo encontramos la partida del Cerradillo, antes de llegar a la estación de aforo y en la margen derecha, las huertas dela Viñarruga, que para acceder a ellas había que cruzar el río, por lo que creaba algunos problemas en algún momento.

 

En el margen izquierdo, estaban las Vegatillas, una zona de cultivo muy importante, tanto por la calidad de sus tierras, como por estar regadas por la acequia Mayor, lo que garantizaba regar siempre que se creía conveniente sin ninguna limitación.

 

Al desaparecer Santolea, todas estas tierras quedaron abandonadas y las orillas del río fueron poblándose de chopos, que ofrecían un ambiente muy acogedor y entre estas choperas, podemos ver algún manzano, que se resiste a desaparecer, pero sus días están contados.

 

Otra vista
El último manzano
Y llegaron las máquinas

La construcción de la presa de cola en el Puente de Santolea, hizo necesario la extracción de áridos en el río y esto alteró definitivamente el paisaje. Una vez terminada la obra y ya dispuesta para embalsar, las potentes máquinas se encargaron de hacer desaparecer todo aquel verdor, que durante tantos años nos acompañó. El pantano se llenó y como vemos en las imágenes, llegó hastala Central y Molino, la primera resistió por la fortaleza de los materiales empleados en su construcción, pero el segundo, al llegar el agua a sus paredes, sucumbió, lo mismo que otros edificios que años antes con la construcción del primer pantano, desaparecieron para siempre. Es el destino de un pueblo del que nadie se acuerda si no hay algo que sacar de él.

Cauce del río y extracción de áridos
Y llegó el Pantano, últimas imágenes con sus árboles
Esto fueron huertos
Central del Cantalar, 6 Agosto 2011
18 Mayo 2013
Aguas arriba de Central del Cantalar, 6 Marzo 2015
Aguas arriba de la Central del Cantalar, 6 Marzo 2015
Junto al Punte Natural, 6 Marzo 2015
La Fonseca, cerca del Puente Natural, 6 Marzo 2015
Puente Natural