La Fuente Lugar

 

Posiblemente, éste nombre le viene de que era la única fuente que tenía el pueblo, de la que se suministraba en verano el agua fresca para el consumo familiar en momentos puntuales, y en invierno para abrevar las caballerías, puesto que en esta época, salía más templada.

 

Se alimentaba de las filtraciones procedentes de los riegos en los campos de cultivo que había más arriba, así como de las que pudieran proceder de la acequia Mayor, que también pasaba a un nivel superior, por lo que en el momento que desaparecieron ambos, desapareció ella.

 

Junto a las huertas que la rodeaban, en su momento debió ser un rincón encantador, aunque nosotros no hemos tenido la suerte de verla en sus mejores años. Sólo nos queda el recuerdo de aquella fuente junto a las aguas del Pantano, que más tarde, en un aumento del mismo, ellas se en cargarían de cubrir.

 

Para proveerse de agua de ella, había que desplazarse desde el pueblo, por aquellas costeras y callejas, puesto que estaba en la parte más baja, pero era un punto muy frecuentado en verano, que con el pretexto de traer agua fresca, los chicos y chicas se reunían en torno a la misma, aunque para ello fuera necesario tirar el agua de los botijos, para crear la necesidad de tener que ir a buscar más.

 

Muchas parejas de novios utilizaban esta fuente como lugar de encuentro, siempre justificando la necesidad de traer agua, o ir a abrevar las caballerías.

De una u otra forma, esta fuente es un punto a emblemático a recordar, puesto que a pesar del tiempo transcurrido, no olvidamos lo acontecido en sus alrededores.

Fuente del Lugar

Junto a la pila donde caía el agua

 

El Pantano que hizo desaparecer el pueblo, cubrió la fuente al estar esta en zona inundable, la gente fue desapareciendo y quedo en el olvido.

 

En nuestras innumerables visitas a los restos del pueblo, no podía faltar la de aquel rincón tan recordado, donde el agua de la fuente salía de la pared, para depositarse en la pila, donde las caballerías bebían en invierno, cuando el agua de la acequia Mayor, que alimentaba el abrevadero, bajaba demasiado fría y se optaba por llevarlas a esta fuente, que estaba más templada.

De esta pared salía el agua

La pared se ha desmoronado, tapando prácticamente toda la pila.

 

Esta imagen es una sorpresa, no sabíamos, que detrás de aquella pared que protegía la fuente, nuestros abuelos habían construido un depósito donde se almacenaba el agua que posteriormente la alimentaba.

 

Esto los descubrimos en una visita que hicimos el día 4 de Abril de 2008, pero entonces nos damos cuenta que nos falta algo. No estaba la pila de nuestra fuente.

 

Posteriormente, recibí una llamada en los siguientes términos. Soy el que tiene la pila de la Fuente Lugar Esto me causó una alegría, saber que alguien se había interesado en guardar aquella vieja reliquia enmohecida por el contacto con el agua al estar cubierta durante espacios de tiempo.

 

Esta llamada dio paso a una conversación en la que nos identificamos mutuamente y recordamos aquellos tiempos, en el que los veranos venían desde Zaragoza a pasar una temporada a Santoles a casa de unos familiares, demostrando, que siente tanto amor por este pueblo, como el mejor santoleano.

 

Una visita a su casa en Castellote, nos permite ver aquel trozo de Santoles que tantos recuerdos nos trae. ¡Gracias Enrique!

La pila de la Fuente del Lugar, con sus 1370 kilos, en casa de Enrique en Castellote.

Este año 2011 con la construcción de la nueva presa, este rincón ha desaperecido, el agua ha alcanzado un nivel superior y las potentes máquinas han hecho desaparecer todo rastro de lo que fue, sólo nos queda nuestro recuerdo y nuestras fotos de archivo.

Pila de la Fuente del Lugar

Esta pila donde caía el agua de la Fuente del Lugar, sigue la misma trayectoria que sus vecinos.

Nuestro amigo Enrique Royo, en su día consiguió rescatarla del lugar que había sido colocada, junto con otros escombros, para facilitar el paso de los camiones al atravesar el río y consiguió que la llevaran a su casa de Castellote, donde durante unos años, la vimos colocada en el jardín de su casa, pero la peregrinación de esta pieza de nuestra historia, no acabó aquí y Enrique vendió su casa de Castellote, donde puso como condición, que pudiera llevarse la pila, que para el comprador, no tenía ningún valor y él quería conservarla puesto que formaba parte de su historia y sus añoranzas de juventud.

Otro buen amigo de Santolea, Gregorio, se ofreció para guardarla en los terrenos aledaños de su Restaurante El Rececho, desde ahora, podremos seguir contemplando es este nuevo lugar, aquello que formó parte de nuestra historia.