La Muela

Piedra de la Sardera

Sobre esta formación rocosa se halla La Muela, desde la que se puede disfrutar de maravillosas vistas, por una parte hacia Mercader y por la otra, Dos Torres y todas las antiguas propiedades y fincas de cultivo del término de Dos Torres y Santolea, desde el barranco de su mismo nombre, hasta la Cingla, donde se halla la división de los términos de Santolea y Ladruñán. Con la desaparición de este pueblo,  todas las tierras que se cultivaban, han quedado abandonadas, ofreciendo un pobre aspecto de su estado actual.

Otra vista

El día 23 de Abril de 2010, tuvimos la oportunidad de visitar esta zona, gracias a la colaboración de unos buenos amigos, Emiliano y Sofía. Desconocida para muchos por su alejamiento de la carretera.

 

En otro tiempo fue visitado por Pastores, leñadores y cazadores, principalmente por los dos primeros que eran los más asiduos visitantes. En mi juventud, ya lejana, había estado en numerosas ocasiones recorriendo aquellos parajes tan agrestes.

Una vista de Dos Torres

Una de sus vistas es Dos Torres que aparece el fondo. Desde este pueblo también se subía a La Muela a buscar leña, puesto que la división de los términos, estaba muy próxima a la misma, separada solamente por un paso de ganado o vereda, que como veremos más tarde, pasaba por el barranco de los Palomares en dirección a los Cerros, para unirse al otro paso que venía por La Cingla.

 

Esta pista que vemos en la fotografía va bordeando el barranco de los Palomares, conocido también como barranco Licesa y era el que marcaba el límite entre los dos términos municipales entre Dos Torres y Santolea.

 

Durante nuestro recorrido pudimos contemplar varias vistas en distintos sentidos, que oportunamente iremos comentando, tratando de hacer más comprensible las vistas que se presentan.

 

Hoy en su mayoría son campos de cultivo yermos, que al desaparecer los vecinos que los trabajaban, quedaron en completo abandono, donde fueron creciendo pinos y arbustos, que últimamente se ha procedido a la limpieza de estos montes, para evitar incendios.

 

Tormenta en el cauce del río

El día amenazaba lluvia, lo que nos permitió caminar por aquel mirador sin pasar mucho calor, puesto que en aquel lugar, el agua brilla por su ausencia y tienes que ir provisto de la que puedas necesitar, pero había un sitio llamado La Clocha donde el agua de la lluvia se almacenaba en un hoyo abierto en la piedra, el cual estaba protegido por una cubierta rústica de piedras, que evitaba dentro de lo posible su evaporación y acceso de animales a la misma, con lo que siempre se contaba con el agua suficiente para calmar la sed.

La Clocha
Vista de término de Dos Torres

La sombra de esta montaña que hemos visto en la primera imagen, era el reloj de sol de la zona, cuando el sol iluminaba completamenta la piedra, eran las doce (las doce solares), ahora serían la una o las dos, dependiendo de la época del año. El inconveniente de este reloj era que el día que no había sol, nos quedábamos sin hora.

Otra vista
Término de Santolea
Vista hasta el río Guadalope
Vista hasta el río
En La Muela, gamones en plena floración
Vista hacia el Pantano
Nueva vista
Mercader
Piedra agujerada

Estos parajes en su día estuvieron poblados de conejos, hasta el extremo, que hubo años que la cantidad que había de los mismos, termino por comerse completamente todos los tallos de las aliagas. Esto facilitaba la existencia de abundantes zorros y águilas, que anidaban en las oquedades de las rocas. También en la zona baja cultivada de Mercader, había varios bandos de perdices, que hacían la delicia de los cazadores, de aquella época, que utilizaban esta práctica más que como deporte, para ayudar a la despensa familiar.

 

La zona entre Dos Torres y Santolea, conocida generalmente como Los Cerros, fue la zona donde más abundo la perdiz, donde acudían cazadores de varias procedencias en el tiempo de caza.

Hoy todo aquello sólo es un recuerdo y aquellos campos donde se oía el canto de la perdiz a todas horas, o veías los conejos por todas partes, han quedado reducidos a nada. La caza desapareció, lo mismo que la mayoría de sus vecinos, dejando un poco vacío aquel espacio, donde reina el silencio y la soledad, solamente la cabra hispánica, se ha adueñado del territorio.

 

Como he comentado anteriormente, la zona de La Muela y sus aledaños, era visitada por pastores, aunque por la falta de agua para sus rebaños, se hacía necesario llevarlas a beber a otros sitios, que generalmente eran las fuentes que había en Mercader, una el rincón de las cuevas de Ramoneto, donde había dos corrales y la fuente da la Pata de Toro, donde también había corrales para el ganado.

 

Hoy si visitamos la zona, todavía se conservan algunos de aquellos corrales, aunque ya nadie los utiliza.

 

Josefina y José, 28 Julio 2014
Dr. Perdiguer, José Mª Guillén y José Aguilar, junto a La Clocha

Hoy día 28 de Julio, volvemos a visitar La Muela, en esta ocasión, con José Mª Guillén, Dr. Perdiguer y nosotros

Montse y Josefina

Este mirador de La Muela, ha revivido nuestros recuerdos, después de muchos años sin volver por allí, hemos podido  visitarla en compañía de varios amigos. El año 2014, lo hicimos con Antonio y Montse, pasando una tarde muy agradables, comentando y recordando a aquellos lejanos tiempos de nuestra juventud.