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El Calvario de Santolea

Este calvario hoy en ruinas, fue uno de los más importantes de la provincia, únicamente el de Alloza era superior. Esto lo habíamos oído comentar en muchas ocasiones a nuestros mayores y siempre sentíamos curiosidad por ver como era el calvario de Alloza.

En el mes de Septiembre del año 2006, junto con otros amigos nos trasladamos a este pueblo, para poder conocerlo. Lo visitamos despacio haciendo varias fotografías del mismo y nos recreamos en la visita de sus capillas y recorrido de sus calles. Alguien del pueblo nos informó que había sido construido en el siglo XVIII, fecha en que también se construyó el de Santolea.

No cabe la menor duda que el calvario de Alloza, era de mayor categoría, tanto las estaciones como sus calles que recorre el mismo, son de construcción muy superior, al mismo tiempo que su enclave en un pequeño monte, le da un aire distinto, al tener que ir zigzagueando por sus calles hasta ganar la altura de la ermita del Santo Sepulcro que tiene en el punto más alto, con un paseo de cipreses centenarios desde su entrada y que destaca el ciprés madre.

En una cosa le ganaba el de Santolea, las tapias que lo cerraban al que no se podía acceder sino por las dos únicas puertas que tenía.

Los hijos de Santolea se sentirían orgullosos de su calvario que posiblemente, tomaron como modelo el de Alloza. Después de la guerra civil, ya quedo en mal estado y con la desaparición del pueblo, ha sido pasto de los depredadores, que no han dudado de llevarse cuanto han podido. Fruto de esto, actualmente tiene un aspecto deplorable.

A continuación unas fotografías que nos presentan su aspecto actual.

Dos Puertas, una en la parte inferior y otra en la parte superior del mismo, daban acceso al recinto donde estaban las catorce estaciones. Cada uno de estos dos accesos, estaba cerrada con una puerta de hierro. La de la parte superior coincidía con la puerta de la ermita de Santa Engracia,  que también estaba dentro del recinto del calvario, así como la casa del ermitaño.

Al llegar a la parte alta del calvario y finalizado el recorrido, nos encontrábamos con la casa del ermitaño y la ermita de Santa Engracia. La última ermitaña que hubo murió el día 23 de Mayo de 1908 al incendiarse su casa, mientras su hijo corría al pueblo a pedir ayuda. Pasaron muchos años y aquel pequeño, volvió desde el extranjero a visitar donde había vivido y donde vio morir a su madre. Se llamaba Casimira Hernández Peña, de 55 años de edad. En el Registro civil de Santolea, consta la defunción que literalmente dice así:

 En la villa de Santolea, a las ocho de la mañana del día 24 de Mayo de 1908, ante D José Aguilar Portolés, Juez Municipal y D. Antonio Ballestero Cabañes, Secretario, compareció Blas Figols Blasco, mayor de edad, casado, labrador, natural y vecino de Santolea, manifestando en calidad de encargado, que Casimira Hernández Peña de 55 años de edad, natural de Torrecilla del Rebollar y vecina de esta, había fallecido a las seis de la tarde de ayer en la Ermita de Santa Engracia, por quemaduras externas de 4º y 5º grado. Estaba casada con Francisco Sanz Zapater, de cuyo matrimonio hubo seis hijos, Mariano, Josefa, Dolores, Francisca, Mariana y Juan. Era hija legítima de Mariano Hernández y Pabla Peña, naturales de Torrecilla del Rebollar.

Fueron testigos, Lucas Daniel, vecino de esta, Maestro de primera eneseñanza y Francisco Giner, natural de esta, casado, labrador.

Aunque queda poco de su antigua edificación, aún podemos ver los restos que nos da una idea de lo que en su momento fue.

Esta era una de las capillas de mejor construcción de todo el calvario.

Esta capilla y la 8ª, pertenecían al mismo dueño, Josep Giner y las construyó en dos años sucesivos, 1746 y 1747.

Esta es a la que hacíamos referencia anteriormente, construida en 1746, son junto con la 6 que hemos comentado, eran del mismo dueño y como podemos ver, son en las que más se han ensañado los depredadores. Les gustó el material de que estaban hechas.

La mayor concentración de capillas, estaba en la parte alta del calvario cercano a la ermita de Santa Engracia

Lejos quedan los tiempos en que se subía en procesión a Santa Engracia, momentos que recordamos con añoranza y que como recuerdo, guardamos algunas de aquellas fotos que nos permiten soñar